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HACE DOS DÈCADAS QUE ES EL CANCHERO DE LA ENTIDAD VERDOLAGA

Héctor Nuozzi: “Es una emoción ver el campo de juego de Sarmiento”

El responsable del terreno donde se disputa el fútbol de Primera en Junín le dedica ocho horas diarias a su actividad. Con sus 81 años, sigue haciendo la tarea con la pasión del primer día. Dice que su trabajo “es una terapia”.

Cualquier espectador que concurre al estadio de Sarmiento a ver un partido de fútbol –ahora en Primera División– puede apreciar el muy buen estado del campo de juego.

"Parece un billar", suele decirse cuando el terreno se ve parejo, sin desniveles ni manchones de tierra. Y así luce el césped del Eva Perón.

El responsable de que esto sea así es Héctor Nuozzi. Es el canchero del club desde hace veinte años y hoy, con 81, sigue dedicándole ocho horas por día a la puesta a punto de la cancha.

 

Ferroviario

Nuozzi nació en Junín. Se crió en la zona céntrica de la ciudad, junto con su hermana menor, su madre y su padre, que era albañil y, fuera del horario laboral, tocaba el bandoneón.

Héctor hizo parte de la secundaria en la Escuela de Artes y Oficios, pero cuando tenía 17 años entró en el ferrocarril.

Arrancó en 1952 en la sección de Montaje. "Ahí se desarmaba la máquina a vapor –recuerda–, se mandaban las piezas a las distintas secciones para repararlas y luego la volvíamos armar. También se hacían las pruebas antes de ponerlas otra vez en servicio".

Permaneció once años en esa repartición, hasta que lo trasladaron al área de Mantenimiento Mecánico. Al evocar esos años, Nuozzi dice con nostalgia que "fue una lástima" que durante la presidencia de Arturo Frondizi se hayan dejado de usar las máquinas a vapor y las hayan reemplazado por locomotoras diésel. "Eran muy buenas, para mí aun hoy deberían seguir estando", señala.

Permaneció trabajando como ferroviario hasta el año 93 "cuando nos echaron a todos" resume. Al igual que sus compañeros, debió aceptar la indemnización que le ofrecieron e irse, aun cuando todavía no tenía edad para jubilarse.

 

A Sarmiento

"Anduve un año dando vueltas viendo si podía hacer lo que hacía en el ferrocarril, que era mantenimiento mecánico, pero era una época difícil", cuenta Héctor.

Así estaba, sin un rumbo fijo, cuando un ex compañero ferroviario le propuso en 1994 ingresar a trabajar en el Club Sarmiento.

"Yo era hincha de Sarmiento y socio desde 1974 –recuerda–; mi vínculo con el club era ése, venía a la cancha, no me perdía ni un partido".

El ofrecimiento era el de cubrir un turno en la portería, dado que se había ido uno de los empleados que tenía ese puesto. Así fue como entró a hacer esa tarea que incluía, además, atender las canchas de paddle que había entonces y la de fútbol 5.

 

Canchero

Ya hacía un par de años que trabajaba en la portería del club cuando, una noche, se acercó el presidente de ese momento, Juanjo Fernández, y le dijo: "Usted tiene que ir a hacerse cargo de la cancha".

Nuozzi recuerda ese diálogo y suelta una carcajada porque en aquel tiempo su única experiencia en una actividad de ese tipo había sido la de regar las plantas de su casa. "Me mandó a hablar con el 'Bocha' Reguera, que era el tesorero, y empecé", dice.

En ese momento estaba Luis Calabrese a cargo de esa tarea y Héctor se sumó a trabajar con él, porque "esto no lo puede hacer una sola persona", aclara.

Así fue aprendiendo, mientras trabajaba: "Luis era un veterano en estas cosas y uno iba agarrando viaje. Acá había que subirse al tractor, cortar el pasto, marcar la cancha, tapar pozos, fertilizar, regar".

Luego quedó a cargo Nuozzi y en la actualidad comparte su trabajo con su compañero, Gustavo Sartori.

Su actividad se reparte en ocho horas por día, a la mañana y a la tarde. Y a veces más: "En algunos partidos la cancha queda hecha un desastre –asegura–, hay veces que he tenido que estar con la manguera para disolver todos los pozos que quedan, uno a uno, es un trabajo tremendo".

Por eso destaca la colaboración de Sartori, ya que con sus 81 años los trabajos que requieren mucho esfuerzo físico le cuestan "un poco".

No obstante, día a día pone lo mejor de sí para que el terreno de juego esté tan bien como se ve en la actualidad: "Este trabajo es como una terapia para mí, vengo todos los días con ganas y la paso bien acá. Y nadie me dice nada ni me molesta, uno es responsable y sabe lo que tiene que hacer, porque a mí me gusta trabajar hasta en el último detalle".

 

Balance

En sus décadas dentro del club, Nuozzi vivió alegrías y sinsabores. Y si bien rescata que todos los que pasaron por la dirigencia pusieron lo mejor de cada uno, también remarca que "sin desmerecer a nadie, lo que hicieron los actuales directivos es inigualable, el club está muy bien y con cosas para seguir haciendo".

Para Héctor, "Sarmiento es todo", dado que es socio desde hace más de 40 años y hoy en día está más tiempo en el club que en su propia casa.

Y al momento de hacer un balance, concluye: "Es positivo. Para mí es una emoción ver el campo de juego, todo lo que hice fue por el bien del club, y me siento reconocido por mi trabajo, todas las dirigencias que han pasado fueron muy buenas conmigo, yo acá no pasé momentos malos. Estoy más que agradecido".

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