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EL MINISTRO DE JUSTICIA VISITÓ JUNÍN

"Las políticas de seguridad no tienen ideología", manifestó Gustavo Ferrari

El funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal se reunió con el intendente municipal, Pablo Petrecca, y defendió en conferencia de prensa las reformas anunciadas para el Servicio Penitenciario Bonaerense. " No podemos asegurar resultados a corto plazo”, advirtió.

Gustavo Ferrari llegó en auto al Palacio Municipal de Junín, escoltado por otros dos vehículos, uno de ellos un móvil policial. El ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires arribó ayer pasadas las 18, una hora después de lo previsto, debido a que los fuertes vientos de la tarde que despejaron los nubarrones de lluvia también impidieron al helicóptero que lo trasladó desde la ciudad de La Plata desplazarse en el aire con normalidad.
Una vez en suelo juninense, fue recibido en la entrada de la Municipalidad por la diputada provincial de Cambiemos, Laura Ricchini, y por funcionarios municipales que lo guiaron hasta el despacho en donde lo esperaba el intendente Pablo Petrecca, para dar comienzo a la conferencia de prensa.
La visita de Ferrari coincidió con el inicio de una nueva edición de las Jornadas Bonaerenses, auspiciadas por el Colegio de Abogados local, pero el interés de los medios presentes estaba puesto en escuchar sus reflexiones sobre la ambiciosa batería de reformas del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), anunciado al comienzo de la semana por la gobernadora María Eugenia Vidal.
El martes, la mandataria provincial hizo oficial el desplazamiento del jefe del organismo, Fernando Díaz, y el resto de la cúpula, y la puesta en marcha de una auditoría externa por los próximos 90 días, que alcanzará a todo el personal del sistema carcelario, incluidos los nuevos jefes que se designen y los directores de las 55 cárceles y alcaidías del territorio bonaerense.
"Hemos tomado la decisión de provocar una importante transformación en el servicio carcelario, probablemente la más profunda que se haya realizado en materia penitenciaria", comenzó Ferrari. "Yo asumí hace cuatro meses y la primera etapa de este trabajo consiste en equilibrar algunas cuestiones básicas del servicio penitenciario, que estaban absolutamente descontroladas, que son fundamentales, como el hecho de asegurarles comida, elementos de salud y colchones a los internos”, agregó el ministro.
Ferrari sostuvo que la reforma que ensaya el gobierno bonaerense alcanza a la reglamentación misma del servicio carcelario y que, por lo tanto, "llevará su tiempo" y no se pueden garantizar "resultados positivos a corto plazo".
"Estamos cambiando el Estatuto del Servicio Penitenciario, que demandó varios meses escribirlo, y estamos a punto de enviar a la Legislatura un proyecto para reformar una ley que data del año 1980, que consta de 130 artículos que hubo que redactar, evaluar detenidamente, pero que va a cambiar completamente el paradigma del sistema de castigos", insistió el ex diputado nacional.
"Estamos avanzando en sistemas de evaluación de desempeño del personal del Servicio. El año pasado, antes de que asumiera Vidal, se separaron de sus funciones apenas a cuatro personas. Nosotros llevamos ya casi 250 efectivos puestos a disponibilidad. Buscamos privilegiar a los buenos penitenciarios, que los hay", señaló Ferrari.

Ni izquierda ni derecha
Ante la consulta de Democracia sobre si creía que las nueva política de seguridad se ubicaba "a la izquierda" de lo que había sido la gestión de su predecesor durante el gobierno de Daniel Scioli, Ricardo Casal, el ex socio político de Francisco De Narváez evitó trazar una frontera en términos ideológicos.
"Esto no tiene que ver con izquierdas ni derechas. Las políticas de seguridad no tienen ideología. Lo que tienen que hacer es asegurarles a los ciudadanos que puedan circular por las calles con libertad y que puedan vivir felices y en paz con sus familias", argumentó el ministro.
Sin embargo, aunque sin nombrarlo directamente, Ferrari calificó como "un fracaso estrepitoso" el trabajo de la administración anterior en materia de seguridad y gestión carcelaria.
"Apenas asumí mi cargo, pedí los índices de reinserción y reincidencia de los detenidos y descubrimos que el 43% de los presos que salían en libertad, volvían a entrar", detalló el titular de la cartera bonaerense de Justicia.
"Al conocer esos números, la conclusión que sacamos es que es probable que el índice de delitos que se cometen sea todavía mayor, porque quizás muchas de las personas que salieron de la cárcel están cometiendo delitos, pero todavía no fueron detenidos nuevamente", explicó Ferrari. Y sentenció: "Esta realidad nos está hablando de un fracaso estrepitoso del Estado".
"Tenemos que trabajar de ahora en más con los mejores agentes y dar trabajo y educación en las cárceles, que es para lo que estamos comprometidos. Ojalá logremos bajar ese índice tan negativo", concluyó Ferrari.

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