None
FLAGELO SIN FRENO

Cada vez hay más consumidores de paco

En lo que va del año las personas que utilizan esta droga aumentó un 75% según un relevamiento.

La cantidad de consumidores de paco, el desecho de la producción de cocaína, aumentó en lo que va del año un 75 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense, donde se pueden ver a toda hora deambulando a jóvenes intoxicados con esa droga, según un relevamiento de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.
Uno de estos casos se registró sobre la Ruta Nacional 3, a la altura de la localidad de Lomas del Mirador, cuando un conductor tuvo que esquivar de manera brusca a un joven de unos 20 años que cruzaba sin mirar a los costados, casi arrastrando los pies y en claro estado de intoxicación por alguna sustancia, en un lugar en el que a pocos metros, funciona un "kiosco" de paco.
La secuencia con jóvenes afectados por esta droga, desecho de la producción de cocaína, se viene repitiendo en el Conurbano, con un 75% de aumento de consumidores en lo que va del presente año, fenómeno acompañado por los desesperados pedidos de ayuda de familiares por los estragos que provoca.
El dato proviene de un relevamiento efectuado por la Asociación Antidrogas de la República Argentina, cuyo titular Claudio Izaguirre señaló que "el problema mayor que dispara esta problemática en el mayor consumo de paco, con un aumento tan significativo, es que está creciendo la cantidad de laboratorios de producción de cocaína, y se comercializa en esas zonas la pasta base, con la que se preparan las dosis de paco".
Una dosis de paco tiene actualmente un costo de 10 pesos. Se calcula que un adicto promedio consume unas 40 dosis cotidianas. Es decir, para sostener su adicción requiere de unos 400 pesos por día.
Esta necesidad de dinero resulta de hurtos en el propio hogar, o en viviendas del barrio. "Los adictos al paco no son violentos, y aunque lo fueran, el estado en que resultan por consumir esta droga los inmoviliza. Lo que hacen es llevarse todo lo que pueden de sus casas o de viviendas de vecinos. Luego, venden eso y compran dosis", dijo Izaguirre.
Una psicóloga que trabaja en un hospital de la zona oeste del conurbano contó que "por semana, atendíamos 40 casos de familias que venían con sus hijos adictos al paco, pero ahora estamos en 70, y fuimos observando el crecimiento a lo largo de todo este año".
"Los parientes llegan en un estado de desesperación absoluta, no saben qué hacer con los chicos, porque presentan deterioro neurológico y todo eso acompañado por conductas delictivas, lo que termina por colocarlos en riesgo de vida permanente", precisó.
Para Izaguirre, el aumento en el consumo de paco no se relaciona al precio de la droga, sino que "hay mayor de cantidad de espacios de producción de cocaína, mediante la instalación de laboratorios clandestinos, que se han ido concentrando en el área metropolitana, donde se debe decir que tienen la garantía que pueden funcionar".

COMENTARIOS