Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina colmaron las expectativas de casi diez mil juninenses que habían llegado al predio de la Sociedad Rural con ansias de música y poesía.
A las 22.14, el catalán y el madrileño aparecieron sobre un escenario ambientado para que tocara “La Orquesta del Titanic”, denominación con que fue bautizada toda la agrupación para la gira “Dos pájaros contraatacan”.
El inicio mismo del show marcó el primero de los dos contratiempos de la noche: un bajón de sonido que duró unos segundos y dejó a la banda a mitad de potencia. Minutos después, cuando ya habían transcurrido canciones como “Ocupen Su localidad/Hoy puede ser un gran día”, “Es mentira”, “Algo personal”, el incidente volvió a repetirse mientras Serrat interpretaba “Y sin embargo”. El problema obligó a interrumpir el espectáculo, que estuvo suspendido por unos veinticinco minutos.
Con la situación normalizada, Sabina ironizó sobre el tratamiento que le darían mañana los diarios. “Clarín y La Nación, que son los que critican al Gobierno, titularán: “No se escuchó un carajo”; Página 12 dirá que “Se escuchó muy bien” y en Junín, Democracia dirá: “Malditos gallegos””.
La puesta en escena de esta presentación tuvo las características de un show internacional, con una orquesta excepcional y dos vocalistas que, sumados a la categoría y el humor desplegado, hicieron pasar por alto algunos desajustes técnicos en el sonido.
"Y sin embargo" y "19 días y 500 noches", fueron las canciones siguientes, tras las cuales Sabina hizo referencia a "la responsabilidad que significa tocar con Serrat, porque hace muchísimos años él era un Dios, como Maradona, y yo era una rata".
Luego llegó "De cartón piedra", que cerró con una estrofa de "Balada para un loco", para darle paso al regreso de Serrat al escenario, quien luciendo una camisa negra se encargó de interpretar "Después de los despueces".
A la simpatía del catalán se le sumaron canciones como "Vinagre y rosas" y "Mediterráneo", tema con el cual llegó la primera gran ovación de la noche, pero entonces Sabina, con saco y remera negra, salió al escenario y le sacó el sombrero a Serrat.
“Cuenta conmigo”, “Señora” y “Princesa” fueron las siguientes interpretaciones de los trovadores españoles, que se sentaron en una mesa montada en el escenario, con dos sillas y un champagne, para cantar "Maldito blues".
Luego, Serrat abordó “Una canción para Magdalena” y “No hago otra cosa que pensar en ti”, y juntos interpretaron “Esa boca es mía” y “Contigo", que motivó otra gran ovación del público.
“Hoy por ti mañana por mi”, “Esos locos bajitos”, “Más de cien mentiras” y "Tan joven y tan viejo” fueron las últimas canciones antes de la primera despedida de Serrat y Sabina en Junín, pero enseguida llegaron los tradicionales bises con “Para la libertad”, “Y nos dieron las diez” y “Esta noche contigo”.
Todo parecía que había terminado, las luces se encendieron, los músicos se retiraron y hasta algunos espectadores comenzaron a desplazarse hacia las salidas, siempre pidiendo otra canción, y aparecieron los dos pájaros proyectados en las pantallas, que anunciaron: “¿Quieren más? Se la buscaron”.
Nuevamente en el escenario, Serrat y Sabina interpretaron “Cantares” y “Que se llama soledad” y cerraron el show, a las 00.35, con “Fiesta”, una buena definición del espectáculo de lujo que abrió en Salta una imponente gira argentina.
Ambos se mostraron alegres y sueltos en el escenario, con pasos de baile y distintos looks que hasta lograron que Sabina se vistiera de pirata en "La del pirata ".
Antes de que cerrara esta edición, ambos interpretaban "Esos locos bajitos".
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