La justicia federal analiza la documentación reunida durante los allanamientos ordenados en la causa que investiga una presunta extorsión a beneficiarios de planes sociales y del primer análisis de las cajas que llegaron al juzgado de Sebastián Casanello surge que en uno de los comedores allanados se encontraron listados de control de presentismo y un cuaderno anillado que en su lomo dice “sanciones”.
Ese mismo libro tiene anotaciones que parecen dar cuenta del cumplimiento de determinadas exigencias.
Según fuentes con acceso a la causa, estos elementos se secuestraron en la sede del Polo Obrero del barrio Rivadavia I, uno de los comedores denunciados en los que, según la hipótesis del fiscal, se les exigía a los beneficiarios de los planes sociales y a los que pretendían asistir al comedor que fueran a las movilizaciones de la agrupación y pagaran un porcentaje de lo que cobraban del plan o un monto determinado de dinero para el mantenimiento del comedor.
Las sospechas del fiscal Gerardo Pollicita se apoyan en declaraciones de beneficiarios vinculados a los comedores (uno de ellos, de Rivadavia I), en chats de WhatsApp y en escuchas directas a los imputados.
En el caso de Rivadavia I, los investigadores analizan las nuevas pruebas encontradas. No está claro todavía a qué obedecen las “sanciones”, como contraprestaciones a cambio de marchar.
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