Habitaron tres especies: Equus neogeus, Hippidion principale e Hippidion devillei.
Habitaron tres especies: Equus neogeus, Hippidion principale e Hippidion devillei.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Los fósiles de los caballos que habitaron las riberas del Salado hace 8 mil años

“Estos équidos trotaban por los espacios abiertos sudamericanos como las cebras lo hacen hoy en África”, explicaron desde el Museo Legado del Salado, institución a cargo de la Asociación Paleo Junín.

Hace 20 años que el Museo Legado del Salado de Junín viene registrando fósiles de caballos silvestres que se extinguieron hace 8 mil años, al igual que los restos de los salvajes que trotaban en manadas hasta hace 150 años y que habían sido introducidos por los colonizadores.

Anteriormente, los paleontólogos Dr. Ulises Pardiñas y Dr. Alfredo Carlini habían identificado varios restos que estaban en la sala de paleontología del Museo Histórico Municipal a cargo de Laura Gelari.

Como refiere el paleontólogo uruguayo Richard Fariña, parece inconcebible que no haya equinos desde siempre. Es que hace solo cinco siglos que los caballos volvieron a galopar por la región pampeana, pero unos 100 siglos antes otras especies eran comunes por aquí, a los cuales se los conoce por sus restos fósiles.

Galopando hace más de 10 mil años

“Estos équidos trotaban por los espacios abiertos sudamericanos como las cebras lo hacen hoy en África”, explicaron desde el Museo Legado del Salado, institución a cargo de la Asociación Paleo Junín.

“Los caballos se originaron en América del Norte durante el Eoceno. Desde allí se difundieron hacia los otros continentes. A Sudamérica entraron recién en el Pleistoceno. La evolución del caballo en Norteamérica y Europa sirvió como ejemplo para explicar los mecanismos evolutivos propuestos por Simpson para apoyar la Teoría Sintética de la Evolución (1950)”, destacaron.

“La evolución del caballo se caracterizó por la tendencia a la reducción del número de dígitos y el cambio de dientes con coronas bajas sin cemento por dientes con coronas altas con cemento, lo que indicaba un cambio de dieta de ramoneador a pastador. Los caballos que ingresaron a Sudamérica ya tenían un solo dedo y eran pastadores”, dijeron.

“Sabemos de la importancia científica de los restos fósiles y su información asociada, la que nos permite inferir cómo vivían, por qué se extinguieron, qué relación se estableció con los pueblos originarios”, subrayaron.

Investigación científica

La Dra. Natalia Lucero, con la colaboración del resto del equipo del Museo Legado del Salado, desde 2019 estuvo investigando los fósiles que se hallaron en nuestra región y publicó sus resultados junto a destacados científicos especialistas.

En esta reciente publicación de 2023 (Nuevos Registros de Equus e Hippidion del Pleistoceno Tardío del Río Salado, provincia de Buenos Aires), María T. Alberdi, Ricardo Bonini, Jonathan Bellinzoni, Gustavo Gómez y Pamela Steffan estudiaron los restos pertenecientes a dos géneros de caballos fósiles: Equus e Hippidion, procedentes de las riberas del Río Salado cercanas a la ciudad de Junín. 

Dichos hallazgos permitieron incrementar el número de localidades con restos de caballos prehistóricos en la provincia de Buenos Aires, brindar la posibilidad de establecer una cronología más precisa, conocer más sobre sus adaptaciones al ambiente y analizar las causas de su extinción.

Los materiales estudiados se encuentran depositados en el repositorio del Museo Legado del Salado (Almafuerte 308) de la ciudad de Junín, y consisten en restos de Equus (cráneo con dentición, hemimandíbula derecha, mandíbula casi completa, molares superiores aislados, húmero derecho, cuatro metacarpos, fémur derecho, tibia derecha, un metatarso derecho, y dos primeras falanges del tercer dedo); restos de Hippidion (premolares y molares aislados, calcáneo derecho, y dos metacarpos izquierdos). 

Los estudios comparativos con otros caballos de diferentes localidades de Sudamérica, principalmente de Argentina y Brasil, permitieron identificar las especies: Equus neogeus, Hippidion principale e Hippidion devillei. La coexistencia de estas tres especies en la misma localidad se presenta en varios otros sitios de Sudamérica. 

Los depósitos del Río Salado en esta zona corresponden al piso/edad Lujanense, que en la región pampeana comienza con condiciones interglaciales y su parte final coincide con el último máximo glacial. Durante estos intervalos de tiempo la fauna se adaptó a condiciones predominantemente áridas y secas que es compatible con la coexistencia de estas tres especies de caballos.

Los estudios de laboratorio con isótopos estables indican que los caballos de la Región Pampeana tuvieron diferentes adaptaciones dietarias. Dichos resultados sugieren un ambiente más heterogéneo con solo extensos pastizales. Sin embargo, hacia la transición Pleistoceno/Holoceno, (hace 12 mil, 8 mil años) condiciones más cálidas alternadas con fases húmedas y secas causaron importantes cambios en la vegetación con la reducción de la biodiversidad y la cantidad de plantas leñosas, que habría llevado a las diferentes especies a alimentarse de pastura.

Varias teorías han sido propuestas para explicar la extinción de los caballos en Sudamérica. Una de ellas habla sobre la presión humana que contribuyó a su extinción. Sin embargo, las evidencias arqueológicas directas de la explotación de la megafauna por parte de los humanos siguen siendo escasas y muchas especies que se extinguieron a fines del Pleistoceno no fueron afectadas por esa interacción. De hecho, la señal humana también muestra una disminución durante ese tiempo. Entonces, si la transición Pleistoceno/Holoceno produjo un descenso de la megafauna y de los humanos, hay que contemplar posibles cambios en las condiciones climático-ambientales que afectaron a ambos grupos.

Actualmente, en diversos sitios alrededor del mundo, varios autores proponen un evento llamado “Younger Dryas Impact Hypothesis”, que consiste en un gran episodio cósmico de múltiples impactos (denominados “airbursts”), que ocurrieron en América del Norte, Sudamérica, Europa y el oeste de Asia alrededor de 12.800 años atrás. 

Estos eventos habrían desencadenado incendios, cortos inviernos y cambio climático que contribuyeron a la extinción de la megafauna a fines del Pleistoceno. Las investigaciones a futuro ayudarán a responder estos interrogantes.

“Por eso es tan importante preservar nuestro yacimiento para estudios posteriores, para develar estos interrogantes como así también aportar conclusiones que analicen y comprendan los fenómenos y cambios ambientales actuales, el impacto humano y los procesos de extinción”, expresaron.

El Museo

Tras trasladarse al Parque Natural Laguna de Gómez, el Museo Legado del Salado volvió a abrir su sede en la Escuela Normal de Junín, en el marco de la Semana de las Ciencias, del 2 al 8 de octubre del año pasado.

En ese lugar, además de los restos fósiles de animales prehistóricos que habitaron el suelo bonaerense en Junín y la Región, se exponen obras de paleoarte realizadas por Horacio Alonso. 

A partir de utilizar en partes iguales el sentido estético y el conocimiento científico disponible, esta técnica recrea animales tal como debieron ser en vida en sus ecosistemas autóctonos, a través de dibujos, ilustraciones o esculturas que pretenden ser lo más fiel y riguroso posible. 

Actualmente el Mumpa, Museo Municipal Paleontológico, es la sede que se encuentra en la Laguna y en la sede escolar se trabaja mediante un convenio con el ISFD Nº 129 de la Escuela Normal y la Asociación Paleo Junín. 

El espacio fue reconstruido para adecuar las instalaciones y destinarlas a proyectos educativos en los que se prevén visitas guiadas para distintos niveles, actividades especiales, integrando a las dos sedes y al Centro de Interpretación Ambiental.

Las obras de paleoarte “van a quedar en forma permanente en esos dos bloques que están ya armados y seguimos con los proyectos de armado ahora del museo con los chicos del Profesorado de Biología del Instituto 129”, explicaron.

La Asociación Paleo Junín

La Asociación Paleo Junín es una organización no gubernamental que tiene personería jurídica y funciona desde el año 2009. Tiene como objetivo principal la protección del patrimonio natural, específicamente de los fósiles, y el yacimiento de las riberas del Salado, por lo tanto, está a cargo de la protección del Museo Legado del Salado en lo que respecta al patrimonio, su protección y difusión educativa. 

Las actividades son planificadas por un equipo de profesionales y tienden a la construcción comunitaria y colaborativa del patrimonio integral, interpretando los objetos y procesos en su contexto natural y cultural, partiendo de darle significado mediante visitas, talleres, salidas de campo y otras actividades propuestas desde los museos. Para ello se cuenta con guías y demás profesionales para asesoramiento a docentes, soporte online y material didáctico.

“También conjuntamente con otra ONG, Ambientarg Junín, se espera sistematizar las actividades de educación ambiental, limpieza y protección de las riberas del Salado que ya se estaban realizando en forma esporádica; darle más difusión y convocar más gente que tome conciencia y trabaje para poder llevar adelante estos proyectos”, afirmaron.

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