Perkusic reconoce que hay artículos que no se consiguen.
Perkusic reconoce que hay artículos que no se consiguen.
INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

Preocupa a empresarios de la Región la falta de insumos y las dificultades para renovar stock

Aseguran que el contexto y las políticas monetarias del país impiden producir con seguridad y proyectar a futuro. “Con esta inestabilidad es imposible planificar a largo plazo”, es el reclamo más escuchado.

Ante la inflación, la inestabilidad del dólar y la crisis económica, las industrias y empresas de Junín y la Región, buscan alternativas para seguir trabajando, produciendo y vendiendo. Así, a la hora de producir, los precios de los insumos, los servicios y la capacidad de planificación juegan un rol crucial para la supervivencia de muchas empresas. 

En un informe realizado por Democracia, cinco compañías cuentan cuáles son las medidas que debieron tomar en este tiempo, cómo las afectó y qué complicaciones les trajo.

Especializados en ingeniería de ventilación, Industrias Cirigliano, con más de 100 años en Junín, comercializa productos en todo el territorio nacional e internacional y su principal materia prima es el aluminio. “No hay precios del aluminio en este momento”, comentó Sergio Cirigliano, representante de la sociedad, en diálogo con este medio.

Ante ello, la situación que viven es difícil. “Estamos esperando que fijen los precios para poder seguir avanzando. No se sabe a qué valor va a estar, porque algunos hablan del dólar oficial, con el que estamos cotizando, pero otros ya dicen que van a aplicar el dólar Contado con Liquidación y eso empeoraría aún más porque eleva los costos”, explicó Cirigliano.  

Además, en ese sector los procesos que requiere la industria suelen ser largos y a veces, son necesarios entre 180 y 200 días de planificación, por lo cual, el trabajo se comienza con un precio y al tiempo, su valor cambia. “Necesitamos estabilidad”, planteó Cirigliano. “Si teníamos un presupuesto pactado con nuestros clientes, no se los podemos cambiar y tenemos que absorber la diferencia nosotros. Siempre perdemos los que apostamos por la producción”, reclamó. 

Siguiendo la conversación con el empresario, los inconvenientes comenzaron luego de las elecciones de agosto, cuando empezaron a notar los problemas con el abastecimiento.

“El mercado está sensible y quieren esperar a ver qué pasa para seguir. Los proveedores de aluminio no están vendiendo, tanto chapas como lingotes; tienen las ventas suspendidas. Y nosotros las necesitamos porque tenemos que cumplir con los clientes”, afirmó Cirigliano quien espera que pronto la economía pueda estabilizarse.

Agro, inestabilidad y sequía

Para otros rubros, como el agro, el panorama no es mucho mejor. Golpeados por la sequía que afecta al país, hace un par de años vienen con pérdidas, pero, además, la situación actual profundiza la crisis que se vive por dentro. Matías Di Camillo es director de la empresa que lleva su apellido y la cual se dedica a la venta de maquinarias agrícolas, tanto nuevas como usadas, repuestos y a la realización de servicio técnico. “Con esta inestabilidad es imposible planificar a largo plazo”, lamentó.

Para Di Camillo el impacto se divide en dos grandes problemas: “Por un lado los rubros que están relacionados a la importación, están prácticamente paralizados sin referencia de precio y empresas que no reciben pagos por la incertidumbre que hay con el dólar. Por otra parte, está la industria nacional y si bien aumentaron los precios, se recortaron fuertemente los planes de pagos en pesos, pero la fábrica tiene habilitada la venta y si alguien quiere comprar en dólares, se encuentran posibilidades de pago sin ningún inconveniente con tasas cercanas a cero”.

En cuanto a la reposición de stock, tanto de herramientas como de repuestos, las maquinarias desarrolladas en el país, “siempre tienen algún componente importado y eso está complicado, sobre todo en el último tiempo, donde la situación empeoró. Por suerte, estamos bien stockeados, con repuestos, con fábricas que previeron esta crisis y colaboraciones entre colegas para poder estar del lado del productor agropecuario y que en la siembra que estamos transitando no haya ninguna máquina parada”, expresó Di Camillo.

Es que la falta de precipitaciones viene azotando a varias regiones del país, entre ellas al noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde el impacto de la sequía se nota en toda la zona. 

Siguiendo con Di Camillo, el problema de la sequía “fue gravísimo, hubo que barajar y dar de nuevo, por suerte el productor argentino es precavido y está acostumbrado a navegar por estas turbulencias. Así, se pudo sortear la mala campaña pasada, veníamos muy complicados con los cultivos de invierno, con la seca y con las heladas tardías. Ahora llovió y se acomodó un poco, aunque todavía no está nada dicho, veremos cómo se transita la primavera y el verano”.

Ante la incertidumbre y la sequía que no da tregua, “para el rubro nuestro lo primero que necesitamos es que nos acompañe el clima y después en cuanto a la macroeconomía, esperemos que el próximo mes haya alguna definición para donde va el país”, reflexionó el director de Di Camillo.  

Falta de seguridad y previsibilidad

Para la firma Perkusic Hermanos, la mayor complicación la encuentran a la hora de exportar al valor del dólar oficial. A esta problemática se le suman otras, como la falta de previsibilidad. “La inestabilidad hace que no podamos tener un proyecto a largo plazo, no tener la seguridad de que vas a vender lo que producís, no saber cuál va a ser el precio, tener que comprar rápido para reponer cuando vendés, hay artículos que no se consiguen e insumos que son importados a costos altísimos”, enumeró Claudio Perkusic. 

La falta de insumos les traba la fabricación. “Armar presupuestos con este panorama es muy difícil porque no sabes qué va a pasar. Nos pasa que, en el medio del proceso, entre que cotizaste, fabricaste, vendiste y cobraste, ronda el miedo a que se produzcan saltos inflacionarios o devaluatorios y nos deje con los números desacomodados”, aseguró el gerente.

Lo mismo sucede con los proveedores, que cambian de precios y no hay seguridad de entrega. “Nos falta poder tener una visión a largo plazo, para poder producir, invertir y saber que si sacas un crédito lo vas a poder pagar, saber que la inversión se va a reflejar en las ventas, nos falta esta seguridad”, agregó Perkusic.

Harinas y alimentos para mascotas

Por su parte, Molinos Chacabuco pasa por una situación similar al resto de las empresas consultadas. “Este momento nos lleva a tomar decisiones a corto plazo. Como compañía contamos con una estrategia de cinco años y la actualidad te lleva a pensar en el corto plazo por la volatilidad y la falta de seguridad que hay”, indicó Tomás Crespo Tassara gerente general del Grupo Molinos Chacabuco.

Actualmente, la empresa cuenta con tres unidades de negocio: una destinada a la producción de harina, la más conocida y que tiene 106 años de historia, la otra, destinada a la producción de alimentos para mascotas con 25 años de existencia y, por último, campos para la crianza de ganado. “El contexto actual nos hace que tengamos que estar más pendientes del día a día para ver cómo repercuten las variables externas”.

El grupo empresarial vende sus productos al mercado interno y exporta. Hoy por hoy, el incremento en las materias primas y de los servicios hace que las negociaciones sean constantes. “Tomamos la decisión de cumplir con nuestros clientes estratégicos, entendiendo que es un momento complejo del país”, enfatizó Crespo Tassara. “Entendemos que tanto proveedores como clientes se encuentran con las mismas dificultades que nosotros”, aclaró. 

En la fabricación de sus productos los cereales juegan un rol central. “El trigo y el maíz representan un porcentaje muy grande del costo de producción. Por lo tanto, las negociaciones son constantes tanto en la compra como en la venta para poder trasladar un poco los incrementos de costos”, comentó Crespo Tassara. 

Para evaluar la situación que atraviesan, se plantaron el año en cuatrimestres. “Venimos con un resultado positivo, pero con una rentabilidad chica, porque estamos buscando cumplir con nuestros clientes, acompañarlos en este momento delicado y que nuestras marcas sigan estando presentes en los distintos mercados”, subrayó el responsable de Molinos Chacabuco.    
 
Sector automotriz

Desde la concesionaria de autos nuevos y usados Montanari, Diego Casi, director y encargado de la marca Ford, explicó cómo viven desde su sector la inestabilidad que atraviesa el país. 

“No hay ningún tipo de certidumbre sobre el futuro a corto plazo. Lo que buscamos ante este escenario es sostener el capital y cuidar los stocks que es la única manera de cubrirse ante una posible devaluación”, expresó.  

En época electoral, el vaivén económico y la volatilidad del dólar se profundizan. Estas situaciones tienen un impacto en las estructuras empresariales, “y uno trata siempre de estar bien posicionados ante ese golpe. Las variaciones de precios de estos últimos meses, la devaluación después de las elecciones y la escalada del dólar Blue, ha hecho que varíen los precios, salvo las unidades con precios congelados por acuerdo con el gobierno. El resto lógicamente va atado al aumento de precios de la fábrica, aunque las fábricas tratan de ser cautas en este sentido y no han hecho ajustes por encima de la inflación”, mencionó Casi.

Desde Montanari siguen de cerca lo que sucede en el día a día. Los clientes ante posibles subidas de los precios o una devaluación de la moneda, se cubren comprando bienes.

“Nuestro negocio donde tenemos un bien dolarizado cuando hay una brecha cambiaria, siempre es un momento donde el cliente trata de invertir los pesos que tiene, como pasó los días antes de las elecciones generales. Ese miedo que tiene la gente, se está viendo generalizado en todos los rubros: la semana pasada quien tenía pesos en el bolsillo, salían a comprar cualquier cosa al supermercado, electrodomésticos, lo que sea”, detalló Casi.

En este sentido, 2023 fue un buen año para la concesionaria, que ante el temor de la sociedad de que se devalúen sus ahorros. “La gente se volcó a este tipo de bienes. Aparte, en Ford tuvimos casi todas las líneas de vehículos renovadas y fundamentalmente empujado por las camionetas Ranger, el producto modelo fabricado acá en Argentina, con el cual tenemos una ventaja competitiva. Si bien venimos teniendo tres años buenos, esto no quita que, ante un cambio de política, tengamos que preparar las estructuras para lo que puede llegar a venir”, sostuvo Casi.

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