Alejandro Signorelli durante la entrevista con TeleJunín.
Alejandro Signorelli durante la entrevista con TeleJunín.
PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

Tendencia en el campo: Junín ya tiene unas 5000 hectáreas sembradas con maní

Alejandro Signorelli, jefe del INTA local, contó que “se trata de un cultivo que tiene una alta rentabilidad porque tiene bajas retenciones y un precio muy interesante”. Aunque su siembra exige algunos cuidados que se expusieron a los productores en un encuentro local.

Junín y su área de influencia no era habitualmente una zona manisera, como no lo era en general la provincia de Buenos Aires. Pero esto está cambiando. 

“Si nos remontamos cuatro o cinco años atrás, el maní era un cultivo incipiente. Empezaban a venir las primeras empresas de la zona de Río Cuarto, del sur de Córdoba, a tantear el territorio para iniciar los primeros cultivos. Hoy Junín ya tiene unas 5.000 hectáreas sembradas con maní”, detalló en una entrevista por TeleJunín Alejandro Signorelli, ingeniero agrónomo Jefe de la delegación local del INTA, organismo que junto con la Unnoba, la intendencia y la provincia de Buenos Aires esa semana realizaron el encuentro “Cultivo de maní: claves para un manejo sustentable” para orientar a nuevos productores interesados en esta producción en la que la Argentina ya se convirtió en el primer exportador con 1000 millones de dólares en ventas al año.

“En aquel entonces las empresas se acercaban al INTA pidiendo referencias, consultas de suelo, de clima. Los primeros cultivos se iniciaron en la zona de Arenales, de Leandro N. Alem, y hoy ya vemos que es un cultivo que está instalado en la región, principalmente en las localidades mencionadas más Junín y tiene fuerte presencia e impacto económico en la zona”, agregó el responsable del INTA Junín.

Hoy la superficie sembrada con maní en esta zona se estima entre 15.000 y 20.000 hectáreas, según datos de la Agencia de Extensión Rural de INTA. “Para la próxima campaña vamos a estar ya ajustando metodologías de detección satelital para identificar los cultivos de maní para poder dar una cifra más precisa”, acotó Signorelli.

El ingeniero agrónomo explicó en la entrevista que el maní es un cultivo de verano con lo cual va a restar superficie a los cultivos de soja y de maíz. Se siembra en esta época de entrada de la primavera (septiembre-octubre) y se cosecha en marzo. Se desarrolla en suelos arenosos, por eso ha avanzado en la zona ya descripta además de en Villegas, Trenque Lauquen y se espera que las nuevas precipitaciones lo desarrollen aún más. El límite: los suelos más pesados, más arcillosos. “Ahí ya no entraría. Por eso su expansión está un poco limitada a esta región”, detalló Signorelli.

El modelo industrial del maní

En cuanto al desarrollo industrial que trae aparejado el cultivo, el funcionario del INTA explicó que “el cultivo de maní está integrado verticalmente. O sea: las empresas exportadoras son las que siembran el maní, las que alquilan los campos, las que contratan los contratistas. Está asociado a mucha industrialización pero que está muy limitada en todo lo que es el sur de Córdoba”.

A nivel local, este desembarco del maní lo que hizo es diversificar la producción y los contratistas. “Es un cultivo que tiene una alta rentabilidad porque tiene bajas retenciones y aparte tiene un precio muy interesante, lo que hace que estas empresas puedan pagar un alquiler de mayor valor a aquellos campos que se arriendan para los cultivos”, precisó Signorelli.

El directivo del INTA Junín también explicó que la llegada del maní a nuestra región se debe a que este cultivo ha saturado el sur de Córdoba, aparte de La Pampa y San Luis. Pero adoptarlo exige algunos cuidados porque “si no es bien manejado, con rotaciones, y contemplando un montón de buenas prácticas” -que se vieron en el encuentro realizado en la Escuela de Ciencias Naturales de la Unnoba- “puede generar un problema de pérdida de material orgánico en el suelo”.

Es un cultivo al que hay que prestarle atención ya que el maní, una vez que florece, se entierra en el suelo y para poder cosecharlo hay que desenterrarlo. “Ese proceso de desenterrarlo genera una destrucción de la estructura del suelo de los primeros centímetros. Eso que tanto cuidamos con la siembra directa… el tema de no tocar el suelo, de mejorar la cobertura”, agregó el especialista.

Y agregó: “El cultivo de maní viene a romper con esa siembra directa. Es una labranza más que uno le hace al suelo. Pero si uno lo hace bajo ciertas condiciones, incluyendo cultivo de cobertura, de servicio y puede hacer una rotación de cuatro o cinco años de maní, vemos que no sería un problema”.

El encuentro del viernes pasado justamente contó con la presencia de tres especialistas de la región manisera convocados especialmente para dar tips a los profesionales, productores de la región. Como se dijo, además de INTA y Unnoba, fueron parte de la organización el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia y la Secretaría de Producción de la municipalidad de Junín.

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