La Ruta Nacional 7 continuaba ayer cortada por cuarto día consecutivo en el sur de la provincia de Santa Fe debido al desborde de la laguna La Picasa, que también abarca el norte bonaerense, por lo que las autoridades viales continuaban con un operativo de desvío del tránsito para todo tipo de vehículos.
Se trata de un tramo de 54 kilómetros de esa vía nacional que comenzó a tener problemas el miércoles pasado, cuando se restringió el tránsito debido a que entre los kilómetros 385 y 386 se produjo una socavación profunda sobre el terraplén y los guard-rails también fueron desplazados por efecto del agua.
En principio se llevaron a cabo obras de apuntalamiento y se procedió a alternar el tránsito, pero dos días más tarde el desborde de las aguas obligó al corte total para todo tipo de vehículos.
Por esa razón, los desvíos se realizan en la intersección de las rutas nacional 7 y provincial 33, a cargo de la Policía de Seguridad Vial de la provincia de Santa Fe, y sobre las rutas nacional 7 y provincial 14, ya en territorio de la provincia de Buenos Aires.
Una gran extensión
La laguna La Picasa tiene unos 300 kilómetros cuadrados y su extremo medio inferior occidental está en Santa Fe, en tanto el extremo noroccidental abarca una zona del departamento General Pinto, en el distrito bonaerense.
Su cuenca es conformada por un grupo de lagunas y bañados de unos 5500 kilómetros cuadrados que también alcanza a la región sudeste de la provincia de Córdoba.
Entre sus características se destaca su bajo potencial de escurrimiento y de infiltración, ya que no tiene salida al mar y su colector final es el propio cuerpo de la laguna.
Junín, “en alerta”
En tanto, el desborde de la laguna llevó preocupación a las autoridades de la región. El intendente de Junín y presidente del Comité de Cuenca de la Zona A1, Pablo Petrecca, aseguró que la ciudad se encuentra en estado de alerta ante las inundaciones.
“Estamos en alerta y minuto a minuto, con control del agua en las lagunas de Mar Chiquita y de Gómez ya que una gota de agua que desborde ya nos afecta”, aseveró el intendente al referirse al desborde de la laguna.
Para Petrecca, es necesario “trabajar en conjunto con todas las zonas, y ser solidarios porque el agua que uno puede tocar en una zona puede afectar a otra”, y precisó que está en contacto con el intendente de la localidad santafesina de Rufino para ello.
El Gobierno nacional envió recientemente cientos de toneladas de piedra de canteras de San Luis para las canalizaciones y defensas, pero aún restan ponerse en funcionamiento las estaciones de bombeo que faltan, que tienen una potencia de 270 caballos, o avanzar en la construcción de un canal de seis kilómetros que confluya al canal Teodelina, el que a su vez aporta al río Salado y es resistido por los intendentes de la región.
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